El humo de mi cigarro bailaba a ritmo del aire calmado, Continuo e impreciso. Aún olía al café de la tarde. Había ayunado todo el día, Mientras veía venir la tristeza. Esto se ha vuelto mi diario (Que estupidez tan incómoda). La ventana sigue abierta, El humo no cesará su baile. Mis motivos descansan sobre al cama. Las pasiones, En cambio, Aguardan en la pequeña mesa rectangular. La nitidez de esas fotografías que cuelgan de la pared, Parece darles vida. Los seres nocturnos amenazan con desquiciar este escrito, Pero no lo permitiré. Otro cigarro en el piso me brinda una compañía espeluznante, Luego todo pasa a ser tan normal, Incluso los ruidos entrecortados de mi respiración. Ya no busco sosiego en sustancias ajenas, Sólo basta con dejar de pensar para escapar a un mundo fantástico, Aunque al volver siempre me sienta anonada.
Perezco por depresión, Quisiera no llorar, Pero no dejo de menospreciarme hasta en detalles, Recuerdos. El cansancio se apropia de mi mente & todo acaba en raros sueños. Las horas pesadas se van tan pronto despierte, Me engaña el silencio, Creo que estaré bien & al volver de los ruidos caigo a llorar en soledad. Que aburrimiento. "Todo siempre es tan complicado" La gente ignora mi avidez, Se empañan en trabar mi libertad de ser "¿De dónde surge mi tolerancia? ", Mis vicios no bastan. Entonces me refugio en letras, Si acaso funciona, Me hallo más "Accesible" para variar. ¿Es tan complicado?
No, Todo gira repentinamente & paso a ser más humana. Mal con sus ambiciones, Las mías importan comino. Las ganas se forjan & yo me agoto. La gente ignora mi avidez; Obstruye mi pretensión, Acaba mis motivos. La gente es exasperante mi dolor se hace tedio & decepción. No podré vivir, Fingir que he estado conforme con lo que tengo, Si no tengo lo que quiero. La gente es esa niebla que empaña mi visión. Detiene cualquiera de mis intenciones. La gente desprecia mi capacidad & por la gente vivo, Por ellos callo & detengo el paso. ¿Quiero grandeza?.
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