viernes, 25 de julio de 2008

« Heridas »


Me gusta ayudar a la gente que quiero. Creo que toda persona quiere al menos a alguna otra persona, & que quiere ayudar a la gente que quiere. Pero uno no siempre puede ayudar a la gente. Muchas veces, Todo esfuerzo es en vano.

Muchas veces, Todo intento de ayudar supone violentar a la persona. Muchas veces, Ayudar perjudica.

Los médicos cortan, Queman, Torturan. & haciendo a los enfermos un bien, Que más parece mal, Exigen una recompensa que casi no merecen.

Cuanto más me involucro con una persona, Más deseos tengo de ayudarla, De ayudarla a sanar las heridas que la vida le deja a uno. Porque esas heridas deben sanar, Pues no son más que la marca que deja la maduración personal, & ellas mismas como tal exigen desaparecer.
En el grito del angustiado, En el grito de desesperación, Se escucha un pedido de ayuda.

A veces siento que nada de lo que pueda hacer puede ayudarte, & que mi voluntad toda no puede mover ni en un centímetro tu destino. Otras veces siento que todo lo que pueda hacer para ayudarte, No sale de mí sino de la manera más pervertida & que sólo acrecentó tu dolor.
Siento, Que soy un símbolo del mal.

Pero es que esas heridas no existen; Curarlas significa, Darse cuenta que no están ahí. El tiempo que necesitan para curarse, Es el tiempo que nos lleva darnos cuenta que no estamos lastimados. El infierno no son los otros, Somos nosotros mismos.

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